miércoles, 6 de febrero de 2008

VIAJE A DARJEELING

Sinopsis: Jack Withman se reune con su exnovia en París. Más tarde, Francis Withman reune a sus dos hermanos después de un año sin verse desde el funeral de su padre para realizar lo que espera sea un viaje iniciático en la India que les reconcilie y nos explique el significado del prólogo en París, Hotel Chevalier, donde se nos despliega la sublime belleza de Natalie Portman.

De las películas de Wes Anderson que he visto, quizás sea la mas equilibrada y accesible.
Sigue fiel a su estilo tragicómico, creando un continuo anticlimax y con un lenguaje próximo al cómic pero aquí resulta más equilibrado, busca menos sorprender a base de marcianadas continuas para centrarse más en la historia y los personajes.

Como en los buenos clásicos, los protagonistas se definen desde el principio por su carácter y aspecto, cada uno bien distingible de los demás. La película comienza de forma explosiva con la carrera hacia el tren perdido del Hombre de Negocios, impagable Bill Murray que da pie a la aparición de Peter Withman (A. Brody) y su equipaje rojo, el equipaje que fue de su padre y que los tres hermanos se han repartido y usan, veintitantas maletas que son un personaje más del flim. Este inicio más la presentación de los hermanos una vez dentro del tren, marca el tono de la película, aunque divertida sabe ser dramática y así incluso sin perder el sentido del humor.

He leído críticas que dicen que es una mala historia porque no pasa nada durante la misma pero no estoy nada de acuerdo. La acción no se centra en tres hermanos ricos que no han asumido la muerte de su padre y sus compromisos con la vida adulta o mejor dicho, las sorpresas y giros que esta nos espera, correteando por la India, visitando templos y mercadillos, en busca de espiritualidad para turistas y que terminan chocando con una situación que les pondrá en contacto con una realidad que no esperan. Se centra en esto y en su evolución como personas.

Un rasgo común en Anderson, en sus al menos tres ultimas películas, las que he visto, es la de retratar familias disfuncionales, detallando y me repito, la personalidad y relaciones de sus miembros, raros como perros verdes, auténticos frikis.

Obras corales que se pueden resumir en las escenas donde vemos a todos los personajes compartiendo una casa, barco o tren, abierto al público a modo de teatrillo o casa de muñecas.


Wes Anderson. EEUU 2007. Duración: 91 min. Comedia dramática. Interpretes: Owen Wilson (Francis), Adrien Brody (Peter), Jason Schwartzman (Jack), Anjelica Huston (Patricia), Amara Karan (Rita). Guión: Wes Anderson, Roman Coppola y Jason Schwartzman. Producción: Wes Anderson, Scott Rudin, Roman Coppola y Lydia Dean Pilcher. Fotografía: Robert Yeoman. Montaje: Andrew Weisblum. Diseño de producción: Mark Friedberg. Vestuario: Milena Canonero.

Probablemente una de las influencias de Anderson para esta película, resulta muy obvia. Me parece graciosa y algo estúpida la obsesión que pusieron los Beatles de moda, antes de volver ellos mismos escaldados, por el peregrinar a la India en busca de conocimientos y plenitudes espirituales en templos, mercadillos y con gurús sospechosos. Sin desdeñar las virtudes y autenticidad del país y su gente y como creo que también muestra Viaje a Darjeeling, los indios pueden tener mucho en común con cualquiera (siguiendo el ejemplo del flim, basta ver la relación de la camarera y el encargado del tren, entre ellos y los protagonistas, lejos de cualquier tópico), tanto, que la verdadera espiritualidad no la encuentras rezando en los templos y en respirar un ambiente cargado de especias y colorines, está en situaciones que nos pueden conectar de forma intima con otras personas y con nosotros mismos. La India sirve como excusa y esta película es un ejemplo muy divertido.

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