Chicken in black
A finales de la década de los ochentas, cuando su carrera comercial estaba de capa caída y ya no recibía el apoyo de las discográficas, más pendientes de buscar nuevos valores para un público joven, Johnny Cash decidió dar carpetazo al asunto creando un disco absurdo que obligase a que lo despidieran y así dedicarse a actuar solo para sus fans y tocar la música que él quisiera.
El videoclip, una autoparodia de sus canciones más famosas y de sí mismo fue el golpe de gracia en su plan suicida. Por suerte, su nueva situación no iba a durar demasiado. Años más tarde, en 1994, Rick Rubin (American Records, Aerosmith, Beasty Boys, Danzig, RHCHP, Metallica, etc.), buscando un nuevo reto en su carrera, al no poder trabajar con Roy Orbison debido a su fallecimiento, convenció a Cash para ser su nuevo productor y volver a los estudios y grabar los que serían sus últimos discos, de los mejores en su carrera.
Fue un éxito que se dejó notar en gran parte sobre un público joven y ajeno al country y al folk norteamericano.
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